Descripción
Jess Briars asiste al Retiro Espiritual de la Ciencia Prísmica, en la remota isla de Glory, para dejar su pasado atrás y seguir con su vida.,5
Pero lo que iba a ser un fin de semana tranquilo pronto se convierte en una pesadilla cósmica cuando un cántico grupal invoca la penumbra, una terrorífica dimensión psicodélica que se alimenta de energía negativa. Si quieres sobrevivir al horror, tendrás que hacer lo que haga falta para desvelar la extraña historia sectaria de la isla y revertir el ritual.
El Retiro
Rodeado de árboles centenarios y una majestuosa cadena montañosa, el retiro se construyó en un claro lejano, a orillas de un lago. La intención del alojamiento es que fuera modesto, con sencillas tiendas de campaña para los asistentes, instalaciones básicas para el día a día y una cúpula geodésica central para actividades grupales. Se trata de un paraje idílico para centrarte en tu ser interior y olvidarte de los problemas cotidianos.
Las sendas del bosque
Unas vibrantes sendas boscosas repletas de plantas, insectos y animales autóctonos que discurren por toda la isla. Ábrete paso por árboles centenarios, cruza rústicos puentes y adéntrate en túneles misteriosos. Es innegable que de este lugar mana una energía especial, la cual se rumorea que proviene de un vórtice espiritual. Será mejor que tengas cuidado mientras te aventuras en esta red de senderos, pues algunos tienen más de 100 años de antigüedad y se remontan a los industriosos orígenes de la familia Anton y su maldición.
La conservera
Si bien en el siglo XIX fue un negocio próspero para la familia Anton, la vieja conservera llevaba mucho tiempo abandonada hasta que en los años 70 se convirtió en un centro de prácticas experimentales de sanación prísmica. Aunque para la mayoría estaban prohibidas, algunos miembros de la comunidad jamás se recuperaron de estas sesiones curativas.
La Zona Minera
Las minas son un verdadero prodigio que, en el siglo XIX, llevó la pequeña industria a la isla de Glory, después de que se descubrieran las gemas espirituales que son el núcleo de la ciencia prísmica. Hoy en día, estas minas y el asentamiento que hay encima siguen siendo un foco de atención para los que buscan la iluminación.
Isla Flea
La isla de Flea conecta con la isla principal por medio de una pasarela de madera. En ella se encuentran un pequeño faro y un santuario que los miembros de la comunidad construyeron y mantuvieron en los 70. La tenue fuente de luz que emana de vez en cuando del faro lleva mucho tiempo intrigando a los que pasan por ahí de noche.
La Comuna
Diseñada para los que buscan sobrevivir durante largos periodos de tiempo en la naturaleza, esta zona fue la residencia principal de la comunidad prísmica durante los años 70. Cada construcción de la comuna está diseñada según los principios de la geometría sagrada para proteger la isla mediante una mezcla única de física y cosmología.
Los Acantilados
El poder del mar es incontestable, ya que durante siglos ha estado moldeando la piedra de estos escarpados acantilados hasta conformar un paisaje que invita a la meditación y la reflexión. Situada en el extremo más lejano del Noroeste del Pacífico, se trata de una impresionante zona natural para huir de la civilización. El muelle, antaño en ruinas, se ha recuperado y ahora supone el único punto de acceso seguro para los que vienen del continente.
