Miramos con esperanza a 2023
Despedimos en estas fechas a un año 2022 que muchos están definiendo como annus horribilis para Xbox y damos ya la mano a un 2023. Solo cumpliendo lo ya anunciado debería de ser, y no por poco, el mejor año desde el inicio de la marca verde.
Hablamos de varios titanes como son Starfield, un juego que se ha venido cocinando durante 25 años. Redfall, de un estudio como Arkane que sorprende en cada juego que saca con propuestas diferentes. Un Forza Motorsport que viene a ser de nuevo referente de los juegos de conducción. La llegada de los Age of Empire a consola (a expensas de la adaptación del control a un mando). La llegada tras un año de bloqueo del Ghostwire Tokyo del único estudio (por el momento) de la marca verde en tierras niponas…
Pero a estas alturas del año es un poco hacer castillos en el aire y más viniendo de los retrasos del año 2022. Una vez que ya comenté la deriva del mercado general en otro texto, quiero centrar este en la marca verde.
A no pocos de nosotros nos gusta, siempre en la medida de lo posible, disfrutar de ese pequeño ritual de quitar el plástico protector de las cajas nuevas, rasgar o quitar el sello lateral (Yo lo confieso, soy de los que me gusta quitarlo con el máximo cuidado posible y volverla a pegar en el interior de la caja) y disfrutar del momento de poner el juego en la consola.
Una vez comentada la deriva a nivel general, hay que reflexionar el motivo por el que en el caso de Xbox esta deriva digital es mucho mayor. ¿A qué se debe la misma?
Más de la mitad de las ventas de consolas de Xbox son dígitales
Por un lado, tenemos la distorsión que causan las ventas de Xbox Series S. Es la primera consola de la historia mainstream 100% digital (si, hubo consolas 100% antes, como fueron la PSP Go de Sony o la One Digital de Microsoft, pero Series S es la primera que tiene volumen para impactar en el mercado).
No hay datos de ventas desglosados de Series S y X, salvo los que ofrece regularmente Famitsu para el mercado japonés, en los que se puede ver que la proporción es de un 55 – 45 (aproximadamente) a favor de Series S. Esto hace que, sobre las ventas de Xbox (más de 20 millones, posiblemente de cerca de 23), menos de la mitad (o la mitad) sean consolas con capacidad de reproducción de juegos físicos. Por otro, Xbox es la plataforma en la que menos juegos físicos se publican.
Evidentemente el impacto de Series S también se aplica a la política de las editoras (Si PS5 está en el entorno de los 28-30 millones de consolas, Switch más de 120 millones y Xbox solo puede aportar 10 millones, está en una inferioridad aplastante). Además, tenemos que sumar el efecto negativo que causa GamePass.
GamePass como enemigo del formato físico, aliado para la llegada de contenido
No es raro que los juegos que salen en GamePass se salten la edición física de Xbox (sobre todo si son juegos Indies) ya que se entiende (o se ve) que las ventas de estos van a ser aún más limitadas al haber completado el usuario el juego o haberlo probado y no estar interesado en el mismo.
Y no olvidemos el efecto que puede generar GamePass de que el usuario que dude de si merece la pena adquirir un juego espere a ver si sale en el servicio o, por mucho que molesten los mensajes en Twitter al respecto no pocos usuarios solo usan Xbox por el catálogo de GamePass.
Quiero dejar claro que si bien esos son los puntos negativos de Series S y GamePass no por ello carecen de rasgos positivos.
Por un lado, Series S es una consola muy económica, llegando a costar en ocasiones menos de la mitad de una Series X o una PS5 y menos de lo que cuesta una Nintendo Switch. Esto hace que sea un modelo muy accesible para usuarios que nunca han entrado en el ecosistema de Xbox, lo que no dejan de ser unidades de consolas vendidas para que las editoras vean la plataforma como algo viable a la hora de decidir publicar los juegos.
Por otro, GamePass ha democratizado los juegos como nunca se ha hecho hasta la fecha. Por mucho menos de lo que cuesta un juego, (realmente y con precio oficial por lo que cuestan dos juegos de lanzamiento al año) se tiene acceso a una librería de cientos de juegos, incluidos los juegos first party de Xbox Game Studios desde el día de su lanzamiento, posibilidad de jugarlos en múltiples dispositivos via Cloud (que expande hasta el infinito a vida útil de las Xbox One, como se ha visto con Flight Simulator), poder continuar las partidas en cualquier parte (Smart TVs, tablet, móvil…) e incluso evitando la necesidad de necesitar una consola Xbox para disfrutar de ese catálogo.
¿Annus Horribillis?
Y aquí volvemos al principio del annus horribillis, este año de los juegos esperados Microsoft “solo” ha sacado 4 juegos (uno de ellos tras estar un año disponible en la competencia), un DLC y algunos exclusivos que no sabemos si lo serán por más o menos tiempo.
Es importante destacar que, en una época en la que el mercado está sobrecargado de secuelas y relanzamientos (bien sea remake o remaster) todos los juegos sean nuevas IP’s. Esto se extiende al año 2023 en el que salen como poco tres nuevas IPs en Xbox. En mi opinión es muy positivo esta apuesta por las novedades en lugar de arriesgarse a saturar IPs ya establecidas, como vienen siendo las entregas anuales de juegos como Call of Duty o Assasin’s Creed que muestran claros signos de agotamiento.
No quiero entrar ahora a valorar si es bueno o no, que un juego sea una producción AAA no lo hace bueno ni que sea una producción más humilde lo hace malo.
Lo que lo hace un pésimo año es el hecho de que de todos esos solo uno salió en formato físico (Deathloop). Y para rematar la jugada a las dos semanas de salir a precio completo (y encima limitando el lanzamiento a una única cadena de distribución) lo rebajan a menos de la mitad, siendo una bofetada a mano abierta a los que apostamos por el juego de lanzamiento.
De los demás, no hay edición física, ni tan siquiera se apostó por un pack de As Dusk Falls y Pentiment… Tampoco hay edición física del High on Life (después de jugarlo en GamePass tengo una necesidad imperiosa de tenerlo físico) y no olvidemos que los lanzamientos de los dos buques insignia de Xbox de estos años (Forza Horizon 5 y Halo Infinite) no dejan de ser dos launchers a precio de lujo. Y no olvidemos que la única plataforma en la que el Quake no tiene versión física es Xbox (dejando de lado el PC)
Al final del camino… si la propia Microsoft / Xbox no cree en el formato físico en su propia plataforma… ¿Cómo espera que crean otros?
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